Ciertamente la venida del Señor está a las puertas. “Buscad a
Jehová mientras pueda ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío
sus caminos y el hombre inicuo sus pensamientos; y vuélvase a Jehová, el cual
tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar”
(Isaías 55:6, 7).
Esperar en el Señor (y al Señor) no significa holganza. Esperar
en el Señor (y al Señor) no es irse a dormir. Esperar en el Señor (y al Señor)
no significa el abandono de todo esfuerzo. Esperar en el Señor (y al Señor)
significa primeramente actividad bajo su mandato; en segundo, prestancia para
obedecer cualquier nueva orden que pueda venir; tercero, la habilidad de cumplir sus mandatos.
La preparación del cristiano para su traslado a una vida
inmortal requiere de esfuerzo y constancia, no por sus propias fuerzas y
habilidades, sino aferrándose cada día a la gracia y las promesas de Dios. Pero
el vuelo final a la Patria Celestial, habrá sido practicado muchas veces,
ascendiendo en ésta tierra a las alturas de la abnegación, el sacrificio y la
voluntad presta a la dirección divina.
El cristiano debe esperar y velar con su lámpara encendida y
su buena dotación de aceite. Es peligroso y fatal esperar al Esposo, con su lámpara
“descompuesta”. No hay que esperar hasta necesitarlo y no
tenerlo; sobre todo, porque no se trata de una posibilidad, sino de una
certidumbre. Ciertamente el Señor vendrá como ladrón en la noche.
Gloria
Lozano-Castrejón
No dudes en suscribirte a éste blog y seguirme por correo
electrónico, para que no te pierdas ninguna actualización, las cuales estoy
seguro te ayudarán mucho en tu diario vivir. Por supuesto invita también a tus
amigos a unirte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario