domingo, 13 de julio de 2014

LA FUERZA DEL AMOR (1era Parte)

"Porque fuerte es como la muerte el amor" (Cantares 8:6)

Aunque son dos elementos opuestos y contradictorios, la muerte y el amor tienen tal vez una sola similitud; lo irrefutable y contundente de su naturaleza. Nada puede hacerse ante la muerte. Ninguna solución, desde el punto de vista humano. Ante la certidumbre de la muerte, el médico deja de administrar los auxilios requeridos y desconecta los aparatos de sostenimiento de la vida en la sala del hospital. Ante la muerte, nos resignamos a abandonar el cuerpo del ser amado varios metros bajo tierra. No puede hacerse nada más.

Pero el amor es también de naturaleza absoluta e irrefutable. Por amor fueron creados los mundos y por amor se sostienen en sus órbitas. El amor creó y el amor redimió, cuando un enemigo quiso arrebatar lo creado. El amor descendió y se humilló al nivel de sus criaturas, ya mancilladas y vueltas en rebelión contra Él. Y el amor restaurará sin que nada ni nadie se lo impida, sin que se pueda hacer otra cosa. Pero no en forma resignada y sufrida como cuando se acepta la certidumbre de la muerte, sino gozosa y gloriosamente cuando la fe se vuelva substancia y demostración visible y palpable del poder del amor.

A la postre el símil se volverá insuficiente y caduco. No se dirá más que el amor es tan fuerte como la muerte, porque ésta será vencida por aquél. El amor vencerá a la muerte. Y nada podrá detenerlo. "Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos" vers 7. "La muerte no será más (Apocalipsis 21:4). 

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