sábado, 19 de julio de 2014

LA FUERZA DEL AMOR (2da Parte)

"Nadie tiene más amor que éste, que alguien ponga su vida por un amigo". Cuando se entrega voluntariamente la propia vida para librar de la muerte a un semejante, no puede haber otro principio generador que el amor. Fue por amor que nuestro Salvador Jesucristo dio su vida en propiciación por nuestros pecados y ahí nos libró de la muerte eterna.

A grandes problemas, grandes soluciones. Pero, ¿Quién podría ponerle atajo a la muerte?. Solamente el autor de la vida, quien por amor perdona al rebelde y lo establece nuevamente en esa reunión de amor. Ninguna otra cosa puede hacerle frente a la muerte y salir victoriosa. Se necesita algo igual o más fuerte que ésta para vencerla. Su hay algo más fuerte, el amor.

Pareciera que el sacrificio de Cristo es inútil y tal vez desproporcionado por una raza humana que en su mayoría lo desprecia, pero luego de su regreso a ésta tierra todos los redimidos coincidirán con la sensatez de la locura de su muerte, y él mismo verá el trabajo de su alma "y será saciado".

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